Es deliciosa también para macerar la carne antes de hacerla a la barbacoa, ya que le aporta un toque dulce, queda más tierna la carne y mucho más sabrosa. 

Emplatada en uno de nuestros fabulosos platos de Porvasal, esta receta se viste de lujo y podría servirse en cualquier mesa de celebración. Y es que una vajilla de porcelana de excelente calidad y tan cuidado diseño realza el producto que se sirve en ella. Un emplatado con garantía de exito!

Ingredientes: 

Para la salsa Teriyaki:

Elaboración:

Comenzamos por el arroz: lo cocemos en un cazo con agua y sal unos 12 minutos.

Mientras tanto, preparamos la salsa que es muy sencilla:ponemos todos los ingredientes en la batidora y trituramos, así de fácil. Si nos gusta que quede espesa podemos hasta que hierva. Reservamos

Ponemos aceite en un wok, añadimos el pimiento y la zanahoria cortado en cuadraditos.

Cuando esté dorada esta verdura incorporamos el lomo de cerdo y salteamos todo junto.

Añadimos el arroz cocido.

Hacemos una tortilla finita en una sartén, la cortamos en cuadrados y se la agregamos al arroz.

Ya sólo queda añadir la salsa teriyaki al gusto y a comer.

Las sopas y cremas de verduras son ideales para tomar en esta época ya que son muy nutritivas, nos recargan de vitaminas y minerales, nos ayudan a mantenernos hidratados y al tomarlas calientes y con cuchara nos reconfortan y relajan. En el recetario de Cocinando con las Chachas compartimos con vosotros algunas de ellas como la colorida y original Crema de remolacha con mousse de queso fresco, la clásica Crema de calabacín, patata y queso y la tradicional Sopa de tomate con huevo y rizos de jamón en vasito, a cual más rica.

250 gr de harina integral de espelta

250 gr de harina de trigo de fuerza

320 ml de agua

100 gr de masa madre de trigo (opcional)

4 gr de levadura seca de panadero

Dos cucharadas soperas  de miel

Una cucharadita de sal

Elaboración:

Mezclamos en un bol la masa madre con el agua y la miel. Añadimos la mezcla de las harinas con la levadura seca.

Si no tenemos masa madre o no la queremos añadir a este pan, mezclamos en un bol el agua, la miel y la levadura seca de panadero (de la que pondremos en este caso 5,5 gr, es decir, el sobre completo) y después incorporamos las harinas. 

Comenzamos el amasado (a mano, con amasadora, en panificadora, ... según recursos, tiempo y ganas de los que dispongamos).

Obtendremos excelentes resultados con el método de amasar un par de minutos y después dejar reposar diez minutos y volver a repetir la operación hasta conseguir nuestro objetivo, una masa lisa.

Una vez en este punto, damos a nuestra masa forma de bola y dejamos reposar de nuevo en un banetón o en un bol grande que habremos cubierto con un paño de lino bien enharinado. Tapamos la masa y evitamos ponerla cerca de corrientes de aire. Esperamos hasta que esté bien levada (un par de horas).

Volcamos la masa sobre la mesa enharinada y desgasificamos con un pequeño amasado. Damos forma de bola a nuestra masa y presionando bien por los laterales para crear tensión en la superficie. Colocamos la masa sobre la placa de horno sobre la que habremos dispuesto un papel de horno y esperamos a que vuelva doblar su volumen.

Llevamos nuestro pan al horno y prestamos atención pues después de los primeros 10 min tenemos que bajar  la temperatura del horno a 190º. Seguimos horneando unos 50 min más, aproximadamente (si hemos optado por dividir la masa en piezas pequeñas deberemos reducir el tiempo de horneado). Sabremos que el pan está perfectamente cocido si al golpearlo suena como un tambor.

Es importantísimo dejar enfriar el pan completamente sobre una rejilla antes de cortarlo.

Preparación en panificadora: Ponemos todos los ingredientes en la cubeta, programamos la máquina en modo Sin Gluten esperamos que termine el programa, prestando atención a espolvorear la superficie con las semillas antes de que empiece la cocción.

Preparación a mano:
En un bol grande ponemos el agua a temperatura ambiente (verano) o ligeramente tibia (invierno). Diluimos en el agua la levadura, el azúcar, el vinagre de manzana y el aceite de oliva. Añadimos la harina mezclada con la sal y amasamos ligeramente.
Dejamos reposar unos diez minutos la masa y volvemos a amasar, esta vez en la mesa y más concienzudamente, hasta obtener una masa lisa.
Llevamos otra vez la masa al bol y dejamos que doble su tamaño.
Una vez hecho el primer levado, amasamos ligeramente y colocamos la masa en un molde donde volverá a fermentar hasta que vuelva a doblar su volumen.
Después de la fermentación, pulverizamos la superficie del pan con agua y espolvoreamos con las semillas de sésamo sin gluten. Llevamos el pan al horno que deberá estar a 220º con calor arriba y abajo. Pasados cinco minutos bajamos la temperatura del horno a 200º y lo seguimos horneando veinte minutos más, con cuidado de que no se nos tueste demasiado (ponemos papel de aluminio sobre la superficie cuando esté lo suficientemente tostada).
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.

Preparación en robot amasador:
Ponemos todos los ingredientes en el robot de cocina en el que hemos insertado el gancho amasador. Amasamos durante tres minutos. Dejamos reposar unos cinco minutos y volvemos a amasar unos minutos más hasta obtener una masa lisa. Dejamos reposar hasta que doble su tamaño.
Una vez hecho el primer levado, sacamos la masa del robot y amasamos ligeramente. Colocamos la masa en un molde donde volverá a fermentar hasta que vuelva a doblar su volumen.
Después de la fermentación, pulverizamos la superficie del pan con agua y espolvoreamos con las semillas de sésamo sin gluten. Llevamos el pan al horno que deberá estar a 220º con calor arriba y abajo. Pasados cinco minutos bajamos la temperatura del horno a 200º y lo seguimos horneando veinte minutos más, con cuidado de que no se nos tueste demasiado (ponemos papel de aluminio sobre la superficie cuando esté lo suficientemente tostada).
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.

Pequeños, dulces, deliciosos y muy saludables. Así son estos flanes de chocolate en formato mini elaborados con leche de almendra; una pequeña tentación en la que caer dulcemente.

Los pequeños moldes que hemos usado para hacer estos miniflanes son envases individuales de mantequilla que hemos reutilizado para conseguir estos coquetos bocaditos de chocolate. 

Y lo mejor que tienen estos miniflanes es que son tan ricos como saludables, incluso son aptos para dietas sin huevo y sin lactosa ya que no hemos utilizado leche de vaca sino leche de almendras.