Panecillos de patata

¿Buscáis una receta de panecillos esponjosos y muy tierno? Pues ya la habéis encontrado y además es sencillísima de hacer, 
Con unas semillas de sésamo es el pan perfecto para hamburguesas y hot dogs, y también se puede hacer como pan de molde con el que os quedarán unas riquísimas tostadas. Nosotras los preparamos para el pan de la merienda, es el preferido de los más pequeños. 
Al añadir patata el pan aguanta más tiempo fresco, aunque ya os decimos que está tan rico que vuela!

Ingredientes:

600 gr de harina de fuerza
150 gr de patata cocida
275 ml de leche
40 ml de aceite de girasol
Un huevo
50 gr de masa madre (opcional)
15 gr de azúcar
15 gr de levadura fresca
5 gr de sal
Un huevo y un chorrito de leche para pincelar los panecillos

Elaboración:

Empezamos refrescando la masa madre para que esté bien activa cuando la vayamos a utilizar (si no tenemos no pasa nada, los panecillos quedarán bien ricos igualmente. 

Cocemos las patatas sin piel y después de escurridas y enfriadas pesamos 150 gr que vamos a utilizar. Ponemos los ingredientes líquidos en el vaso de la batidora (leche, huevo, aceite de girasol) junto a la patata y batimos hasta que de la patata no quede ningún grumo 

Si vamos a amasar a mano disponemos la harina en un bol amplio (el más grande que tengáis) y hacer un hueco en el centro. Vertemos en el hueco la mezcla de los ingredientes líquidos que hemos batido en la batidora, la levadura, el azúcar y la sal (si tenemos masa madre y queremos ponerle aquí añadiríamos unos 50 gr).

Mezclamos con las manos los ingredientes que han quedado en el centro y vamos incorporando la harina de los laterales. Al principio os puede resultar una masa ligeramente pegajosa, pero debéis seguir mezclando con las manos y no añadir harina porque el desarrollo del gluten permitirá que durante el amasado vaya ganando firmeza.

Una vez se empiece a formar una bola dentro del bol, pasamos la masa a la encimera ligeramente enharinada. Amasamos unos minutos más hasta que nos quede suave y elástica.

Dejamos reposar unos 10 minutos y amasamos de nuevo un par de minutos más. La masa habrá cambiado y será más suave y fina. Hacemos una bola y dejamos fermentar hasta que aproximadamente doble su volumen.

Podemos amasar a máquina o incluso en la panificadora en la que nos ahorraremos la primera fermentación en el programa masa.

Tras la fermentación, cortamos la masa en porciones de unos 80 gramos dependiendo del uso que le vayamos a dar y hacemos una bola con cada uno de ellos. Con ayuda de un rodillo aplanamos ligeramente las bolas (si no queremos que nos queden demasiado esféricos) y los vamos colocando en una bandeja de horno. Tapamos con un paño y dejamos que vuelvan a fermentar hasta que veáis que vuelve a doblar su volumen.

Pincelamos la superficie de los bollitos con leche y huevo batido y hacemos unos cortes con ayuda de una cuchilla bien afilada.

Tenemos el horno precalentado a 200º (muy importante) y sin aire. Metemos la bandeja en una altura intermedia de nuestro horno. Bajamos la temperatura a 185-190º pasados los primeros cinco minutos y le damos a nuestros bollitos unos 15 minutos más (aproximadamente, depende de cada horno y del tamaño que le hayamos dado a las porciones, lo mejor es observar).

Dejamos enfriar sobre una rejilla antes de disfrutarlos.

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