Estas croquetas se comen con la vista. Un relleno muy muy cremoso, casi líquido en una croqueta envuelta en un delicioso rebozado de copos de patata que no se abre y le da un toque distinto, muy dorado y crujiente. Os dejamos la receta!
Preparamos estas exquisitas croquetas con el pollo entero que nos sirve Uvesa, uno de los muchos productos del catálogo Uvesa del que escogemos siempre que queremos pollo sabroso y de calidad. Uvesa nos sirve gran variedad de productos en su gama de pollo fresco, pollo congelado, pollo de antaño y elaborados, para adaptarse a todas nuestras necesidades y con frescura garantizada.
400 ml de leche
200 ml de nata para cocinar
400 ml de caldo casero de pollo (elaborado con una pechuga de pollo con su carcasa, un puerro, una zanahoria, una ramita de perejil, unos granos de pimienta negra y sal)
90 ml de aceite de oliva o mantequilla
90 g de harina de trigo
Un poco de puerro picado muy fino
250 g de pechuga de pollo cocida
1/2 cucharadita de nuez moscada
Huevos
Pan rallado
Harina para rebozar
Sal y pimienta blanca
Aceite de oliva virgen extra para freírlas
Elaboración:
Primero preparamos el caldo de pollo. Ponemos todos los ingredientes en una olla y cubrimos de agua.
Con los ingredientes ya dentro y cubiertos de agua, lo ponemos todo a calentar.
Cuando comience a hervir, bajamos el fuego y vamos desespumando. Cuando no salga más espuma, podemos tapar la olla y bajar el fuego. Lo dejamos hervir a fuego suave una hora y media aproximadamente. Retiramos la carcasa de pollo y las verduras, colamos el caldo y reservamos.
En una cazuela al fuego ponemos el aceite o mantequilla y en ella pochamos el puerro picado. Incorporamos la pechuga de pollo desmenuzada y rehogamos unos instantes. Añadimos la harina y dejamos que cocine para que pierda el sabor a crudo. Es el momento de añadir los líquidos, primero la leche integrándola bien, y después la nata y el caldo, poco a poco. Sazonamos con la sal, la pimienta blanca y la nuez moscada. Ahora tenemos que estar un tiempo removiendo bien con unas varillas hasta que la bechamel vaya tomando consistencia. Sabremos que está en su punto cuando al remover consigamos ver ligeramente el fondo de la cazuela.
Vertemos la masa de las croquetas en una bandeja, ponemos papel film a piel (en contacto con la masa) y dejamos enfriar en la nevera unas horas, a ser posible hasta el día siguiente.
Una vez enfriada la masa, formamos las croquetas y las rebozamos en huevo y copos de patata. Esperamos a que reposen las croquetas ya rebozadas antes de freírlas para que el rebozado se adhiera bien.
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