Pan de Leche de Soja y Masa madre con harina de Teff y Jalea de AOVE

En nuestra cocina preparar recetas saludables es una prioridad. Nos gusta comer sabroso, utilizar productos de temporada, con elaboraciones sencillas para el día a día y más innovadoras cuando preparamos para una celebración o reunión,... pero siempre buscando ingredientes que nos aporten beneficios para nuestra salud porque comer bien es cuidarse.
El aceite de oliva virgen extra es un producto muy saludable, básico en nuestra dieta y es la grasa con la que cocinamos casi todas nuestras recetas, tanto guisos, como platos de pasta y arroz, salteados, ...incluso en la repostería. Sus ácidos grasos resisten bien las altas temperaturas por lo que es perfecto también para las frituras.
El aceite de oliva virgen extra a diferencia de la mayoría de aceites vegetales se extrae por medios exclusivamente mecánicos y a escasa temperatura sin la necesidad de emplear disolventes químicos. Así preserva intactas sus estructuras grasas, todas sus propiedades beneficiosas para la salud así como su sabor y aroma.
Carrasqueño nos ofrece un aceite de oliva virgen extra de calidad extraordinaria con el que preparar nuestros mejores platos. El aceite de oliva virgen extra Carrasqueño Gran Selección está elaborado con aceitunas de la variedad Carrasqueño y Picudo que le aporta deliciosas notas frutadas perfectas para todo tipo de elaboraciones y, sobre todo, para su consumo en crudo.
Con el mejor aceite de oliva virgen extra se prepara un novedoso producto:Jalea de Aceite de Oliva Virgen Extra Carrasqueño Gran Selección  que podemos utilizar para preparar recetas deliciosas o disfrutar con una buena tostada. Es muy fácil de comprar, podéis hacerlo directamente en la tienda online Carrasqueño y disfrutar de uno de los mejores aceites de Jaén.
Ingredientes

200 gr de masa madre de trigo recién refrescada
240 gr de harina de fuerza
140 gr de harina de teff
220 ml de leche de soja
3 gr de levadura seca de panadero (o 10 g de levadura fresca)
20 gr de miel

Elaboración:

En primer lugar refrescamos la masa madre para que esté bien activa.
Después mezclamos todos los ingredientes del pan, incluida la masa madre que ya ha doblado volumen, mezclando primero los ingredientes líquidos y después los sólidos. Amasamos hasta que nos quede una masa fina y elástica, ya sea en panificadora, robot de cocina o a mano.

Tras el amasado, si vamos ha hornear en un molde en el horno, dividimos la masa según el tamaño del molde que vayamos a utilizar teniendo en cuenta que al fermentar doblará su volumen y en el horneado subirá aún más. Formamos barras de la longitud de los moldes y la introducimos en ellos.
Nosotras preparamos el pan en panificadora, que tiene mucha capacidad, así que no dividimos la masa.
Dejamos fermentar el pan hasta que doble su volumen.
Después de la fermentación, llevamos el pan al horno que deberá estar a 220º con calor arriba y abajo. Pasados cinco minutos bajamos la temperatura del horno a 200º y lo seguimos horneando veinte minutos más, con cuidado de que no se nos tueste demasiado (ponemos papel de aluminio sobre la superficie cuando esté lo suficientemente tostada).
Si preparamos el pan en panificadora, el pan se horneará después de la fermentación de forma automática.
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.