El pan sin sal es decididamente distinto y no solo en el sabor sino en la textura de la masa en su elaboración, el tiempo de fermentación, la corteza, e incluso el color del pan. La masa del pan sin sal es más blanda y pegajosa, la fermentación es más rápida ya que como sabéis la sal la ralentiza.
La corteza del pan sin sal es algo más gruesa, lo que puede ser una ventaja. El color del pan sin sal, sin embargo, es menos dorado que cuando lleva sal, por esta razón añadimos una cucharadita de miel o azúcar a la masa que mejora el color del pan y la textura de la corteza.
Si habéis decidido reducir el consumo de sal ya sea por prevención o por indicación médica pensad que el pan es uno de los productos que más abundan en nuestra dieta, y que podemos seguir disfrutando de él si lo preparamos con recetas como esta. Reducir el sodio de la dieta nos reporta muchos beneficios ya que evita los riesgos de padecer enfermedades cardíacas, problemas de riñón, etc.
Ingredientes:La corteza del pan sin sal es algo más gruesa, lo que puede ser una ventaja. El color del pan sin sal, sin embargo, es menos dorado que cuando lleva sal, por esta razón añadimos una cucharadita de miel o azúcar a la masa que mejora el color del pan y la textura de la corteza.
Si habéis decidido reducir el consumo de sal ya sea por prevención o por indicación médica pensad que el pan es uno de los productos que más abundan en nuestra dieta, y que podemos seguir disfrutando de él si lo preparamos con recetas como esta. Reducir el sodio de la dieta nos reporta muchos beneficios ya que evita los riesgos de padecer enfermedades cardíacas, problemas de riñón, etc.
500 gr de harina de fuerza
Un sobre de levadura seca de panadería
10 gr de miel o azúcar
300 ml de agua
Elaboración:
Si para amasar nos ayudamos de la panificadora o robot de cocina con amasadora, ponemos
todos los ingredientes, primero los húmedos y después los secos y seleccionamos el programa masa sin fermentación para que simplemente nos realice el amasado.
Si vamos a amasar a mano, nos hacemos de un bol grande y ponemos toda la harina en él haciendo un hueco en el centro en el que mezclaremos el resto de ingredientes. Vamos incorporando la harina con las manos hasta que la tengamos toda integrada. Es el momento de volcar a una mesa de trabajo y amasar.
Cuando la masa nos quede lisa y elástica, adherente pero no pegajosa (ya la hayamos amasado a mano o a máquina), podemos hacer una bola y dejarla fermentar en un bol ligeramente aceitado para que no se pegue. Deberá reposar hasta que doble su volumen, puede tardar en torno a las dos horas.
Pasado este tiempo boleamos la masa y dejamos otra vez reposar sobre un banetón con harina para que fermente hasta que su volumen crezca una vez y media. Siempre tapado.
Precalentamos el horno a 200ºC. Volteamos el pan sobre la bandeja del horno y greñamos con ayuda de una cuchilla. Horneamos unos 50 minutos (tras los primeros 5 minutos bajamos la temperatura del horno a 190º hasta el final del horneado).
Dejamos enfriar el pan sobre una rejilla.
Cómo me gusta el pan casero, te ha quedado con un aspecto impresionante. Buen fin de semana
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