Elaboración:

En primer lugar elaboramos la salsa que es lo que más tarda en hacerse.

Picamos muy finamente los dientes de ajo, la cebolla y ponemos a pochar en una cazuela con tres cucharadas soperas de aceite. Pasados un par de minutos añadimos el apio bien rallado (nosotras utilizamos un trozo muy pequeño, de otra forma el apio se hace dueño del sabor de la salsa) y terminamos de pochar todos estos ingredientes juntos.

Troceamos groseramente el tomate de lata escurrido y añadimos a la cazuela. Salpimentamos y cocinamos durante unos quince minutos. 

Aderezamos la salsa con albahaca y orégano secos al gusto. Reservamos.

Aparte, ponemos a hervir una olla con abundante agua y sal, nada de mantequilla ni de aceites, si la pasta es de buena calidad no se pegará. Cuando tenga un hervor fuerte bajamos un poco el fuego e incorporamos la pasta. El tiempo de cocción será el que indique el fabricante, es el que mejor nos puede indicar como queda nuestra pasta perfectamente cocida, sin quedar cruda ni pasarse dependiendo del grosor de la pasta, el tamaño, el relleno, ... así que aquí hay que seguir instrucciones.

Pasado el tiempo de cocción escurrimos bien la pasta y añadimos la salsa. Listo para servir.

Piña, plátano, coco, ... canela, jengibre, azúcar moreno ....y un suave glaseado de queso crema y vainilla ... esta dulce y exótica tarta roza la perfección.

Encontramos la receta en un antiguo libro de cocina donde nos cuentan que este pastel es típico del sur de los Estados Unidos, aunque según hemos leído en otras referencias también se le asocia un origen jamaicano (el colibrí es el ave nacional de Jamaica).

Y no nos extraña que se disputen su autoría porque es un pastel realmente delicioso, muy aromático, de excepcional textura jugosa. El suave glaseado de queso que lo rellena y recubre termina de redondear una tarta que estarás deseando volver a preparar. 

Ingredientes:

Para el bizcocho:

Para el glaseado de crema de queso:

Azucarillos rosas y flores de fondant para decorar

Elaboración:

Batimos los huevos con el azúcar moreno e incorporamos el puré de plátano, la piña escurrida y triturada (reservamos el almíbar), el coco rallado y mezclamos bien.

Añadimos el aceite y volvemos a batir.

Mezclamos las dos harinas con el bicarbonato, tamizamos e incorporamos a la mezcla con cuidado.

Por último añadimos las nueces pecanas picadas.

Vertemos la mezcla en un molde encamisado de 23 cm de diámetro y llevamos al horno que tendremos precalentado a 180º.

Horneamos el pastel durante 40 minutos. Verificamos que está cocido pinchando con una aguja de madera antes de sacar del horno. 

Dejamos atemperar sobre una rejilla antes de desmoldar. Dejamos enfriar completamente. 

Preparamos el glaseado batiendo enérgicamente con las varillas todos los ingredientes y dejamos enfriar en la nevera antes de utilizar.

Cortamos el bizcocho en capas, las emborrachamos ligeramente con el almíbar de la piña reservado con ayuda de un pincel y rellenamos con la crema de queso. 

Cubrimos con el resto de crema y decoramos con los azucarillos y las flores de fondant.

Este jabón natural de hamamelis, aceite de oliva y lavanda que os traemos hoy tiene muchísimos beneficios: propiedades antiinflamatorias y astringentes por el alto contenido en taninos del hamamelis y el vino tinto, ayuda a combatir  las toxinas de la piel y es excelente el  para estiramiento de la piel  ayudando a cerrar los poros. Está especialmente indicado en el tratamiento de la dermatitis, la psoriasis y el eccema. También ayuda a cicatrizar las heridas de la piel, aliviar la pesadez de piernas y otros problemas de circulación como varices y hemorroides. 

Además es suavizante y nutritivo porque lleva aceite de oliva virgen extra y tiene un aroma delicioso a lavanda y podemos usarlo para la limpieza del rostro y el cuerpo, incluso del cabello. Como véis, todo son beneficios, así que estamos seguras de que cuando lo preparéis y empecéis a usarlo ya no volveréis a comprar jabón comercial. 

Ingredientes:

Medio kilo de choco o sepia

Una cebolla

Medio pimiento rojo

Un vaso de vino blanco

Un vaso agua

250 gramos de guisantes

Cuatro cucharadas soperas de aceite virgen extra

Una hoja de  laurel

Pimienta

Una pizca de sal

Para las tostadas: 

Queso blanco para untar

Miel

Fresas

La alergia al huevo del pequeño de la casa nos obliga a buscar recetas sin huevo sobre todo de bizcochos y galletas para las meriendas. En muchas ocasiones terminamos encontrando recetas estupendas (veganas la mayoría), además de consejos para sustituir el huevo en las preparaciones más habituales. 

La receta que os traemos hoy la hemos leído en un libro de galletas veganas de las que ya hemos puesto en práctica alguna que otra receta (Cookies Veganas de Chocolate Sin Huevo). Además son tan sencillas de preparar que son geniales para hacerlas en compañía de los más pequeños de la casa (como no llevan huevo, sin problemas de alergia a este alimento los que lo tengáis que tener presente).

Para darles un toque diferente, estas deliciosas galletas las hemos decorado con grageas de chocolate Lacasitos. Los niños en casa han disfrutado muchísimo con estas coloridas galletas hechas en casa y nosotras también recordando nuestra infancia de la mano de estas dulces grageas de chocolate de Chocolates La Casa.

Ingredientes:

Preparación:

En primer lugar batimos el azucar con la mantequilla hasta que nos quede una crema blanquecina y el azúcar este bien integrado.

Incorporamos la sal, el almidón de maíz y la vainilla y seguimos mezclando.

Agregamos la leche y  la harina mezclada con levadura y mezclamos bien.

Estiramos la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 4 mm aproximadamente.

Con ayuda de un cortapastas o con el borde de una copa cortamos la masa y la vamos colocando en una bandeja de horno forrada con un papel de hornear. Tenemos cuidado de colocarlas un poco separadas para que no se peguen al hornearlas.

Podemos agrupar los recortes de masa y seguir cortando hasta acabar con toda la masa.

Ya sobre la bandeja, decoramos nuestras galletas con las grageas de chocolate presionando un poco para que se adhieran bien.

Horneamos las galletas a 190ºC durante unos 10 minutos o hasta que los bordes empiecen a dorarse.

Una vez horneadas dejamos enfriar las galletas sobre una rejilla.

Para la masa:

300 gr de harina de fuerza blanca

75 gr de copos de avena suave

215 ml de agua

Un sobre de levadura seca (o media pastilla de levadura fresca)

Media cucharadita de sal

Una cucharadita de aceite de oliva virgen ecológico

Una cucharada de miel